Universidad Politécnica de Madrid Universidad Politécnica de Madrid

Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas

El valor del conocimiento académico en las decisiones políticas sobre alimentación

El profesor emérito de la ETSIAAB, Julián Briz, y la exdocente, Isabel de Felipe, reflexionan sobre la importancia de coordinar la investigación y la ejecución de medidas puestas en macha por las administraciones.


03-05-2023

Por JULIÁN BRIZ e ISABEL DE FELIPE*

Día a día, afloran problemas sobre alimentación y medio ambiente que nos afectan a todos. En estos momentos, el mundo occidental, y de forma específica España, está pasando por un periodo donde alimentación y salud compiten con el medio ambiente en la asignación de recursos a través de las políticas económicas.

Se pueden identificar tres grupos de acción involucrados en estos temas y en las decisiones políticas relacionadas:

  • Estudio e investigación (científicos y academia).
  • Ejecución y decisión (gobierno y administración).
  • Difusión (medios de comunicación).

La correcta coordinación de estos bloques condiciona la eficiencia del sistema. La Academia tiene que desempeñar un papel esencial como servicio a la sociedad para contribuir a que las decisiones se basen en razones objetivas que no persigan objetivos electoralistas.

Guerras, pandemias y catástrofes naturales

En el mundo desarrollado, las pesimistas tesis malthusianas de escasez alimentaria han sido olvidadas hace décadas por la eficiente gestión en la cadena alimentaria. A nivel mundial, sin embargo, permanece el drama de más de 800 millones de personas hambrientas.

No obstante, en los últimos tiempos, fenómenos como la pandemia de covid-19, la guerra de Ucrania y las catástrofes naturales han alterado el equilibrio, con elevación de costes de materias primas y energía ocasionando problemas de abastecimiento.

Todo ello requiere estudios para prevenir y aminorar sus efectos, áreas donde la Academia mantiene actividad. La alimentación, el medio ambiente, el cambio climático, el bienestar animal y la biodiversidad son temas relevantes que requieren análisis objetivos. El mundo académico puede servir de crisol de ideas y propuestas en la búsqueda de soluciones viables y duraderas.

La Academia tiene una labor docente e investigadora al servicio de la sociedad donde se integra. En países como EE. UU., las áreas básicas que sirvieron de columna vertebral a las universidades agrarias –universidad de concesión de tierras, 1862– fueron investigación, docencia y divulgación.



Zona de almacenamiento de Mercamadrid. José Miguel Sanchez / Shutterstock


Una visión objetiva y analítica

Hemos de ser conscientes de los objetivos básicos en materia de alimentación: alimentos asequibles y de calidad, salud física y mental y conservación del medio ambiente y recursos naturales.

Las circunstancias locales o globales (pandemias, guerras, climatología adversa) no pueden servir para diseñar medidas insuficientemente analizadas desde un punto de vista tecnológico y socioeconómico. Limitar los precios puede tener efectos negativos en los mercados. Por ejemplo, este tipo de medidas ha causado históricamente desabastecimiento en Cuba, Venezuela y otros países con gobiernos intervencionistas.

Algunas soluciones más adecuadas al aumento de los precios pasan por actuar tanto sobre la oferta, estimulando la producción interna y facilitando las importaciones, como sobre la demanda, mejorando la capacidad adquisitiva o facilitando a los consumidores productos sustitutivos. De lo contrario, es posible enfrentarse a mercados paralelos, desabastecimiento, desorientaciones y distorsiones del mercado.

En ocasiones, se han realizado acusaciones a los agentes intermediarios de la cadena de valor relacionadas con la subida de los precios, achacándola, esencialmente, a márgenes elevados y operaciones especulativas abusivas. Algo que, sin embargo, desmienten los informes del Banco de España.

Hacen falta respuestas objetivas, señalando mediante estudios y debates la incidencia real de los costes derivados de los acontecimientos que se han vivido en los últimos años.

En el caso alimentario, hay trabajos sobre márgenes comerciales en el Ministerio de Agricultura, con un Observatorio de precios de la cadena alimentaria. El Instituto de la Ingeniería de España, Foro Agrario y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) desarrollan jornadas sobre el tema como el foro celebrado el mes pasado. De forma similar, podríamos citar otros centros académicos y al Banco de España, que arrojan transparencia y ayudan a la búsqueda de soluciones viables y sostenibles.

La UPM también ha celebrado recientemente una sesión sobre la nueva PAC (en la que ha presentado la Guía práctica de la nueva PAC), donde se ponen de manifiesto los riesgos de las nuevas líneas ecologistas para el abastecimiento de alimentos.

Simultáneamente, en la sevillana Universidad Pablo de Olavide se desarrolló un congreso internacional sobre las ventajas de la agroecología y sus posibilidades alimentarias y medioambientales (el IX Congreso Internacional de Agroecología).



Victor Suarez / Shutterstock


Valorar los efectos en el sistema alimentario

La globalización está fomentando el uso de paradigmas surgidos a raíz de ciertos acontecimientos de gran calado que impulsan acciones sobre los mercados alimentarios, medidas de transición ecológica y políticas verdes que pueden comportar cambios con efectos en el sistema alimentario que hay que valorar.

Cambiar el sistema actual sin considerar los efectos nocivos derivados conlleva riesgos. Argumentos lógicos en defensa de la transición ecológica no deben utilizarse para desmantelar el sistema alimentario, de igual manera que el impulso a las infraestructuras verdes no puede ser un pasaporte para encubrir errores arquitectónicos y urbanísticos. Hay que compatibilizar los diferentes objetivos evitando movimientos pendulares según el grupo gobernante.

El reto que se nos presenta, como académicos, es ayudar a coordinar las prioridades que optimicen el bienestar social con medidas que evalúen el impacto de las medidas e identificando los recursos disponibles. Esta tarea concierne a la labor de investigación, docencia y divulgación pero, lamentablemente, en el mundo académico a menudo solo se valoran adecuadamente las publicaciones en determinadas revistas científicas, marginando la acción divulgadora. Sin embargo, no se trata solamente de labrar, sino también de sembrar para que la semilla fructifique en beneficio social.


* Julián Briz es profesor emérito de la ETSIAAB y presidente fundador de Pronatur. Teresa de Felipe, que fue profesora titular de la ETSIAAB, pertenece al consejo de dirección del itdUPM.


Este artículo fue publicado originalmente en ‘The Conversation’.