Universidad Politécnica de Madrid Universidad Politécnica de Madrid

Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas

“Son prácticas muy distintas a las que puedes hacer en otros lugares”

Las estudiantes de la ETSIAAB Natalia Gutiérrez y Patricia Saiz colaboran con la Representación Permanente de España ante la FAO.


20-10-2021

De las tres plazas ofertadas en la última convocatoria de prácticas académicas en la Representación Permanente de España ante la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), dos fueron obtenidas por alumnas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB). Natalia Gutiérrez García, graduada en Ingeniería Alimentaria, y Patricia Saiz Valle, graduada en Ingeniería y Ciencia Agronómica, colaboran desde septiembre con la Consejería del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de la embajada en Roma, ciudad en la que está la sede del organismo internacional. Y compaginan esta tarea, que desarrollan a distancia desde Madrid, con el Máster Universitario en Ingeniería Agronómica que ambas cursan.

“Tenemos que asistir a reuniones [en línea] de la FAO: tomar notas, realizar informes. Igual con las reuniones de los llamados grupos de contacto, entre Francia, Portugal, Italia y España”, cuenta Gutiérrez sobre la labor que efectúan ella y su compañera junto a otra estudiante de la Universidad de Córdoba. “Además, de manera bisemanal, realizamos las noticias del boletín nacional exterior de España y de la FAO”, añade Saiz.

Ambas alumnas de la ETSIAAB hubieran deseado trasladarse a la capital italiana, pero reconocen que la carga académica del máster supone un obstáculo importante. “Nos lo han ofrecido y, si queremos, tenemos en Roma un despachito. El problema es que con los exámenes y demás…”, se lamenta Saiz. La colaboración dura en principio cuatro meses, hasta diciembre. “Si ampliáramos el periodo de prácticas, sí que vamos”, asegura Gutiérrez. Y ello a pesar de que ellas tendrían que costearse los gastos derivados del desplazamiento.



Patricia Saiz, a la izquierda, y Natalia Gutiérrez, después de la entrevista


Las prácticas son fruto de un convenio que firmó la UPM en mayo de 2020 con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que abarca también el desarrollo de trabajos fin de grado y máster, además de la colaboración del profesorado en temas de interés mutuo. “Desde que salieron el año pasado, sabía, incluso sin haber entrado en el máster, que iba a solicitar las prácticas”, afirma Saiz. “Conozco de cerca la Función pública y la FAO me ha llamado mucho la atención desde que entré la carrera. Me gusta mucho esa área de trabajo”. En el caso de Gutiérrez, la decisión de presentar la solicitud “fue un poco por casualidad”. “Se me acababa un contrato que tenía y quería hacer prácticas, y estas me llamaron la atención porque son muy distintas a lo que puedes hacer en otros lugares”, explica.

A la pregunta de qué creen que fue lo que más se tuvo en cuenta en la selección de los candidatos, responde Gutiérrez que, “aunque pidan el currículo”, resulta primordial, aparte de “la motivación”, ser “gente autónoma”. “Porque al tratarse de una colaboración online, que no permite tener el feedback con el consejero, hace falta gente que se sepa desenvolver; y, sobre todo, gente que sepa inglés, que es muy importante”. Su compañera destaca también la conveniencia de abrirse a temas más allá de lo estrictamente agronómico, como puede ser la política. “No hace falta ser un magnífico estudiante o tener una media [de calificaciones] excelente, sino capacidad para salir adelante en cualquier situación, que no te eche para atrás que no sea de tu ámbito [de estudios]”. 

Tampoco olvida Saiz la importancia de la determinación para simultanear las prácticas con los estudios. “Es duro porque al final estamos solo tres y estamos bastante ocupadas, [de modo que] si no tienes motivación, no avanzas”. “Y sentido de equipo”, añade Gutiérrez. “Porque esto no es un trabajo de clase: yo hago mi parte, entrego y el otro tiene que acabarlo. No, no. Es un trabajo entre tres, no hay nombre, es uno”. “Y la responsabilidad es equitativa entre todas”, recuerda su compañera. “A nosotras nos ha tocado toda la Cumbre [de Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios, celebrada en Nueva York el 23 de septiembre] y tenemos una carga de trabajo bastante alta”, explica Gutiérrez. “Pero, bueno, es lo que toca. El día de mañana, cuando salgas a trabajar, si no es esto, es otra cosa”, zanja Saiz.