Universidad Politécnica de Madrid Universidad Politécnica de Madrid

Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas

“La ETSIAAB ha demostrado ser muy efectiva a la hora de capacitar a sus estudiantes”

El nuevo presidente de Tragsa, Jesús Casas, explica que el grupo público “va a iniciar una reflexión de simplificación más en la cabeza que en los territorios” y valora la cátedra con la UPM “como un auténtico vehículo de transmisión del conocimiento”.


16-10-2018

Jesús Casas ocupa desde principios de septiembre la presidencia de Tragsa, empresa pública dedicada a temas ambientales, desarrollo rural y gestión de recursos naturales. Son actividades estrechamente relacionadas con las enseñanzas que imparte la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, sede de la Cátedra Rafael Dal-Ré / Tragsa, puesta en marcha en 2016. Titulado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Casas pertenece al Cuerpo de Ingenieros de Montes del Estado desde hace treinta años. Entre otros cargos, ha sido director general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural en el Ministerio de Medio Ambiente, además de responsable de los parques nacionales de Doñana, las Tablas de Daimiel y los Picos de Europa.



Jesús Casas, presidente de Tragsa, en la última entrega de diplomas a los egresados de la ETSIAAB.


Ha tomado posesión muy recientemente de la presidencia de Tragsa. ¿Qué retos se plantea al frente de la empresa?

El grupo Tragsa es una empresa por necesidad legal, pero no tiene esa perspectiva como horizonte. En realidad, es un medio propio instrumental de las Administraciones Públicas. Es otra forma de organizarse la Administración Pública para el cumplimiento de sus fines, y tiene, en consecuencia, una vocación clara de servicio. Estamos para hacer cosas necesarias para la gente, no estamos para hacer negocios, por más que manejemos dinero público y no debamos malgastarlo. Nuestro proyecto es el proyecto de las Administraciones titulares, en este caso la Administración General del Estado, las comunidades autónomas, las diputaciones, y los cabildos y consejos insulares.

En consecuencia, el principal reto no puede ser otro que el de dar respuesta, dar la mejor respuesta posible, de forma abierta, transparente. Tenemos la obligación de ser eficaces, de ser entendidos como necesarios, de ser útiles, y de no ser financieramente gravosos. De no ser así, sencillamente seríamos innecesarios. El reto es que así sea entendido por la ciudadanía, y que lo logremos en un escenario de comprensión y aceptación general. Estamos obligados a convertirnos en un ejemplo de responsabilidad, eficacia y servicio público, valores que siempre deben guiar la actuación de una empresa que se debe a sus dueños, esto es, a la ciudadanía.

Por eso, en este inicio del andar, queremos hacer una pequeña reflexión sobre si realmente nuestra acción está posicionada en ese ámbito, o si existen elementos actuales que requieren corrección. No queremos competir con la empresa privada. No queremos restar un ápice de capacidad a la libre iniciativa. Queremos estar, exclusivamente, en aquellos ámbitos concretos y medidos en donde las administraciones, con presupuesto público (esto es, de todos), así demanden nuestra presencia. En ese sentido, el grupo va iniciar una reflexión de simplificación más en la cabeza que en los territorios. Así, y solo a título de ejemplo, al tiempo que reafirmaremos nuestra posición de servicio a las Administraciones, recortaremos nuestra estrategia fuera de ese ámbito, en particular en el exterior. Somos un medio propio público, y eso implica ejemplaridad.

Este proceso cuenta con el respaldo de las administraciones titulares, y lo hemos enmarcado ya en el consejo de administración. En conclusión, simplemente pretendemos volver a centrar nuestra acción, con todas sus consecuencias, en lo que meramente somos y en lo que es nuestra razón de existir.

 

Son muchos los titulados de la ETSIAAB que trabajan o han trabajado en la empresa, además de ser un destino habitual para los alumnos en prácticas. ¿Cómo se valora en la empresa su formación?

El principal valor del grupo Tragsa son sus profesionales. Esto es algo que, a la vista de lo acontecido en estos años, parece razonable ratificar y proclamar con toda contundencia. Somos la gente que somos, nada más. Y no engaño a nadie si digo que estos tienen un nivel altísimo que permite a la Administración española disponer de un elemento ejemplar para la defensa del medio ambiente y la promoción del desarrollo rural. Su formación, por supuesto, juega un papel fundamental en este sentido, y la ETSIAAB ha demostrado ser muy efectiva a la hora de capacitar a sus estudiantes en estas materias.

 

La relación entre la ETSIAAB y Tragsa tiene como principal vehículo la Cátedra Rafael Dal-Ré / Tragsa para la Innovación Agraria y Ambiental. ¿Cuál es la importancia de la colaboración entre el mundo universitario y empresarial?

Rafael Dal-Ré fue fundador y primer presidente de Tragsa. Su espíritu de crecimiento e innovación fue el mismo que ha inspirado la creación de esta cátedra de colaboración entre la universidad y la empresa. La cátedra es un buen método de colaboración entre el mundo académico y el empresarial, y ha demostrado su capacidad para constituirse como un auténtico vehículo de transmisión del conocimiento. Está funcionando bien, y debe seguir en esa línea. Vamos a procurar que así sea.

La innovación debe ser consustancial, como necesidad de progreso, a toda la actividad humana.  Equivocados, y mucho, están los que piensan que debe limitarse a las universidades. Es imprescindible que trascienda el ámbito de los estudios académicos y llegue a construir soluciones reales a problemas concretos. Soluciones que puedan implementarse e impulsar el sector agrario y medioambiental desde sus cimientos. Estamos en una sociedad en cambio, la producción primaria y el respeto ambiental forman parte ya de todos los discursos y de todas las obligaciones, pero ese cambio tiene que gravitar hacia un mundo mejor, más solidario, más responsable, más digno, y eso, que tiene que apoyarse en recuperar la ética y la dignidad hacia las personas, hoy tan amenazada como siempre, también debe apoyarse en la innovación, en las nuevas iniciativas, en el riesgo, en la búsqueda de esa solución que hasta la fecha nadie se ha atrevido a formular.

El grupo Tragsa es muy consciente de esta necesidad y, por ello, no solamente hemos promovido actividades académicas y formativas conjuntas con la universidad, sino que también hemos llevado a cabo tutorías con alumnos que se han incorporado a nuestros programas de I+D+i y han participado en el desarrollo de proyectos reales que podrán aplicarse en un futuro próximo. No nos importa ser atrevidos, no nos importa el error. Solo no se equivocan los que no hacen nada, y solo se aprende desde la acción. Estamos dispuestos a seguir innovando, y en eso no queremos estar solos.

 

Tragsa también desarrolla tareas de I+D+i. ¿Qué líneas destacaría como como más importantes en este campo?

La condición de medio propio de las Administraciones Públicas define todas sus líneas de actuación, incluidas las de investigación y desarrollo. Y es cierto que la intención no oculta de estos nuevos tiempos es demostrar si cabe una mayor potencia en este ámbito. Queremos seguir siendo punta de innovación y dar respuesta, en tiempo y en forma, a las demandas de nuevos desarrollos tecnológicos que desde la ciudadanía se exige a la Administración. Tenemos grandes carencias en lo ambiental, y tenemos muchas inercias en lo rural que debemos romper.  Por ello, nuestra I+D+i quiere seguir muy presente en la ejecución de las políticas tanto nacionales como europeas en esta materia y los planes de inversión como Horizonte 2020 o los fondos estructurales y de inversión europeos, para adecuar nuestros desarrollos a las necesidades que fija el Gobierno. Queremos ir mucho más allá de lo que hemos ido hasta ahora, queremos ser mejores, y queremos trabajar con los mejores.

Algunas de nuestras principales líneas de investigación en estos momentos son la biodiversidad y el cambio climático, las energías renovables y la eficiencia energética o las nuevas tecnologías de regadíos. Hace ya dos décadas que nuestros profesionales trabajan en estas materias y han desarrollado soluciones cuya implementación es una realidad en el día a día de los regantes o en la realización de estudios forestales a gran escala. Pero todo esto, y es tal vez lo más importante, no lo queremos hacer solos, pretendemos el protagonismo compartido en un marco de innovación colaborativa. Creemos que el esfuerzo de crear nueva tecnología está también en la raíz de buscar una nueva sociedad más integrada, más comprometida, más responsable.